La maestra Cruz y la canela

Cuando conocí a la maestra Cruz, supe de inmediato que no sería una persona fácil de olvidar. Yo, en
esa época, todavía era más irreverente y poco consciente de las reglas implícitas que gobiernan las relaciones laborales. La maestra Cruz era mi jefa, a pesar de que yo me sintiera de lo más cómoda hablándole de la sinrazón de mis angustias juveniles y de mi incapacidad en la moderación de los etílicos, ella nunca dejó de escucharme.

Generalmente, cuando yo decía alguna tontería, me volvía a ver con su mirada conciliadora y me decía: "Ninni, te pasas". Ahora pienso que tiene razón, nuestra amistad se pasó de la raya, se convirtió en una complicidad y compañía, más allá de lo que las palabras pueden describir.

Miguel de Unamuno decía que son misteriosos los designios del porvenir, pues en estos dos años mi vida se vio influenciada misteriosamente de una presencia pacífica y centrada, que le dio un balance a mi des-balance existencial.

¿Qué me dejó la maestra Cruz? Un montón de canela en todo tipo de presentaciones y cinco botellas de acondicionador. Todavía no logró descifrar el significado, puede que solo quiera que use más canela y que mi cabello sea más suave, pero con la maestra Cruz, nunca se sabe.

Es probable que tenga que pasar un tiempo sintiéndome nostálgica  para lograr entender y rememorar cada uno de los momentos que vivimos juntas y también con la pandilla de #Losdelaesquina. Aunque solo fueron dos años, tenía la sensación de que la conocía de más tiempo, de toda la vida.  Mi amistad con la maestra Cruz me dejó un montón de historias que después espero poder contar y así, siempre que las cuenta, podré recordarla.

Hoy estamos en un lugar, mañana en otro. La maestra Cruz no dejará de moverse y seguir disfrutando la vida sea donde sea que esté y con las personas que encuentre. Eso me alegra porque sé que estará bien y seguirá haciendo un mejor lugar del mundo, aunque no le guste reciclar mucho.

Ahora, soy consciente de que nunca seré como la maestra Cruz, a pesar de mi admiración hacia ella y, de seguro, cualquier intento de imitación mío hubiera sido rechazado de inmediato por ella, ya que la maestra Cruz siempre me señaló que debía ser yo, nunca otra persona.

Para mí, esa podría ser la tesis principal que resume a la maestra Cruz, la búsqueda de la autenticidad en un mundo vacío y lleno de odio. O también, la canela como ingrediente de un buen acondicionador.  No sé.

Tal vez nuestros caminos se reencuentren o no, pero ya no será tan determinante. Para mí, la maestra Cruz  estará en mi consigna diaria de ser una mejor Yo y eso nunca se lo podré pagar, ni con toda la canela del mundo.

¡Gracias, Vero!

 31/04/16

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