Tres obras teatrales de Nicaragua

Poco a poco me voy acercando al teatro centroamericano. Es camino largo que me invita a ir descubriendo, a cada paso, nuevos nombres y textos. Hoy comentaré el libro "Tres obras teatrales de Nicaragua" (1984), publicación que tuvo como objetivo la difusión popular del teatro nicaragüense. La introducción del libro estuvo a cargo de Jorge Eduardo Arellano, estudioso de la literatura dramática de su país, que hace un introducción de las características de cada piezas, las cuales en general pertenecen al subgénero de la comedia.


1. Chinfonía burguesa (1931) de José Coronel Urtecho y Joaquín Pasos

Originalmente fue un poema que terminó convertido en una farseta de dos actos y un epílogo. La historia de la obra gira en torno a una familia burguesa y a una crítica de sus costumbres y valores. Para ello, los autores buscan jugar con la rima para llevar al extremo los juegos con el lenguaje.
Por ejemplo, veamos los nombres del matrimonio burgueses: "Don Chombón o Trombón" o "Doña Chomba o Tromba", quienes son el objeto de burla por la extravagancia de sus costumbres. Su hija "Fifi", la cual durante la obra es llama con el epiteto "Linda es Fifí como un tití", quiere casarse con "Pueta" quien tiene el interés de salir de su condición de artista marginal. Aunque los padres de Fifi muestran un negativa al principio, aceptan la unión de ambos en espera del futuro nieto. Sin embargo, el deseado nieto al final resulta un garrobo.

Veamos la explicación que brinda don Chombón sobre este hecho:
¡Jacobo! (Y lo saca) Cuya madrina será la Cucaracha, la cucaracha Nacha (Furioso) ¡Llevate a Jacobo que es producto del robo que es una mixtura impura de la poesía y de la burguesía! (p. 25)
2. La novia de Tola (1939) de Alberto Ordóñez Argüello

Es una obra de corte costumbrista que nos ubica en un barrio de Nancimí. La escena comienza en el patio de una pequeña casa humilde en donde la Trigueña muele una "pacaya". Su madre aparece en la escena para decirle que va a ir al mercado, la Trigueña tiene la esperanza de que su madre le consiga un "estreno" para poder ir al baile. No obstante, su madre le dice que la han visto con don Juan, lo que la Trigueña desmienté y afirma que todavía conserva su honra, a lo que su madre responde: "L´honra cuesta plata".

Luego de la partida de su madre, la Trigueña canta los amores secretos que mantiene con don Juan, quien le ha prometido casarse con ella. La Moza interrumpe a la Trigueña y le cuenta las noticias del pueblo. La última nueva es que don Juan ha oficializado su matrimonio con la hija del alcalde. Después de esa revelación, la Trigueña le confiesa a la Moza que ella también ha sido víctima de los encantos de don Juan y ha perdido su honra con la ilusión de verse casada.

La Moza le propone a la Trigueña vengarse de don Juan, pues ella no ha sido la única que fue engañada. A regañadientes la Trigueña acepta y ambas visitan a la Ña Serapia, una bruja del pueblo, quién por medio de un ritual - parecido al vudú - hace un muñequito de cera para embrujar a don Juan y así impedir que se casé con la hija del alcalde. Esta escena es sumamente interesante por el transfondo de las creencias populares.

Después del dichoso embrujo, la Moza y la Trigueña asisten a la boda de don Juan, sin embargo, cuando el cura le preguntó a don Juan por sus votos, este ve a la Trigueña y pide una pausa. La boda se interrumpe y aparentemente, hay noticias de que don Juan se ha fugado con la Trigueña. Cae el telón y hay un epílogo que nos cuenta un diálogo entre don Juan y la Trigueña, la cual le revela el embrujo y que su amor no es verdadero. No obstante, don Juan responde:
¡Dejame decir verdades y callá, supersticiosa! Dejame que yo te diga que no hay nada que se oponga a un corazón que sólo el amor lo toca, que hay solamente un embrujo con una flecha famosa: el puro hechizo de amor que tiene labios por copa y maleficio en el ser que al solo verlo enamora... y yo le bebí una vez y otra vez en tu boca, en tus brazos y en tus ojos y en toda vos amorosa, tendida junto a este río al amparo de la noche. 
En esta obra, resulta importante tener en mente el intertexto de Las bodas de Sangre de García Lorca, pero antes de representarse una tragedia pasional se desarrolla una comedia amorosa.

3. Doña Ana no está aquí (1975) de Octavio Robleto

Es una obra interesante. Su protagonista - como ya se anuncia en el título es doña Aña - quien parece tener una vida misteriosa. Doña Ana es una mujer de unos 30 a35 años que ayuda a diferentes centros de beneficencia, pues posee con mucho dinero. Son las empleadas (Mercedes y Martina) quienes nos cuentan lo que la gente dice sobre doña Ana, la cual aparentemente tiene una vida muy liberal en secreto. La intervención de Martina con la frase "¿Te fijás cómo las apariencias engañan?" nos anuncia cómo dentro de la obra los mismos personajes tendrán sus propias máscaras.

El lugar secreto de doña Ana es el jardín, "su vergel". Este es cuidado por un joven hombre, que es mudo. En el jardín, doña Ana recibe a distintos hombres que podrían ser sus amantes, sin embargo, se desconoce lo que realmente pasa ahí. De nuevo los rumores en torno a la vida de doña Ana, quien al final de la obra revela estar embarazada de un hombre brasileño.

Esta obra bastante simple en su argumento retrata la interacción social y los distintos tabúes que se construyen sobre las mujeres en la sociedad nicaragüense, pues a partir de los chismes y rumores parece desprestigiar la figura de doña Ana. No obstante, no se conoce qué piensa doña Ana sobre lo que dice la gente, pero mi impresión es que no le importa demasiado.

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