¡Pintame la boquita, Puig!

Boquitas pintadas (1969) fue una recomendación de mi amiga Marijose, quien muy insistentemente, me hizo leerlo. De Puig había leído sobre su estilo collage en la narración y el uso de elementos de la cultura popular, como el tango. Un hecho que me llamaba la atención era que el libro inicialmente había sido publicado en una revista por entregas, un total de dieciséis.
Como novela, el juego en el uso de las fuentes, provoca que como lectores tengamos que estar al pendiente de lo que nos están contando, pues al recurrir a dicho recurso, tenemos las impresiones de muchos personajes sobre un hecho y su manera de interpretar la realidad. Puig usa cartas, informes de policía, notas de periódico y diarios personales para contar las relaciones amorosas que se tejen alrededor de ala figura de Juan Carlos Etchepare.

La búsqueda del amor romántico es compartido tanto por los hombres y las mujeres de la novela. Para ellos, la satisfacción del deseo sexual prima cualquier interés posterior por las mujeres. De hecho, ese carácter hace que se enfatice su gusto por lo físico antes que por establecer un vínculo emocional. Para ellas, el hombre adecuado es aquel galán que es un buen partido para casarse,  posee propiedades,  y además,  respeta su honra hasta la noche de bodas. Claramente, los personajes representan la forma de entender las relaciones afectivas en medio de una sociedad conservadora y que, a su vez, es mojigata. Pues a pesar de lo que deberían "ser", importa más lo que el pueblo de Coronel Vallejos diga o opine sobre tal persona, es decir, la apariencia. De ahí que los chismes permitan entender más la complejidad que envuelve  las relaciones de los personajes, pues nadie quiere salirse de la norma, sino más hacer lo posible para seguir siendo "respetados" dentro del pueblo, como el caso de Nené y su episodio con el doctor Aschero, o Pancho y su hijo no reconocido con la Raba.

El texto, además, juega dejando preguntas o información incompleta ¿Acaso la Raba habló alguna vez con Pancho sobre su hijo? ¿Por qué aceptó callarse y continuar el plan de Mabel? ¿Por qué Celina no se casó?  ¿Qué fue lo que pasó por la mente a Juan Carlos antes de morir?¿Cómo regresan Nené y su esposo? La entrega final nos cuenta sobre el fallecimiento de Nené y la aparente resolución favorable de la vida de los demás personajes.

Un simulacro de historia de amor
Puig en la novela nos recuerda que la literatura tiene muchas formas de presentarse y que las novelas por entregas, pueden volver a utilizarse de manera atractiva para el nuevo público. Así, la lectura también se vuelve un tango que nos seduce por las páginas.


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