No voy a discutir lo tramposo que se convierte llamar a un tipo de poesía "joven" y todavía más, la denominación de "poeta joven". Dejo abierta la discusión para los amantes de las etiquetas.
En cambio, quiero referirme al valor de la antología "Sub30: Antología de poesía joven" como un texto literario que nos permite ver las preocupaciones de los exponentes más recientes de la poesía costarricenses y sobre todo, reconsiderar el papel que juega la poesía como manifestación artística en la actualidad.
Este texto nace en conmemoración del XV Festival Internacional de Poesía, y tiene el objetivo de promover las voces de nuevos exponentes costarricenses. Estas "primicias" como diría Isaac Felipe Azofeifa pertenecen a escritores menores de 30 años. En ese sentido, es una generación de jóvenes que presentan características de vida y visiones de mundo compartidas que se manifiestan en los textos. Por ejemplo, la relación con la niñez y adolescencia pues constantemente se recurre a ellas como una época que fue mejor, pues se ignoraba la complejidad del mundo en que vivimos. Este despertad de las voces poéticas establece una reacción de inicial de rechazo hacia la herencia familiar pero es apaciguada ante la paradoja de que no podemos pelear con aquello que es parte de nosotros. Así lo demuestran los poemas de Marvin Castillo, Kevin Román, Joset André Navarro, Roberth Ramírez para citar algunos de los poetas.
Las voces femeninas de la antología como Alejandra Valverde, Marianella Monge, Mónica Alvarado y Tamara Guevara están interesadas en contrariar estereotipos y modelos tradicionales sobre las mujeres que persisten en la sociedad, dándole un énfasis importante al cuerpo como expresión y a la búsqueda del amor alejada de cualquier idea romántica hollywoodense. También hay referencias a juegos, series de televisión y a la cultura popular de los años noventa que forman parte del imaginario de los poetas.
Hay un tono de irreverencia que tal vez no sea a propósito. Ninguno de los poetas se define dentro de una estética o un movimiento literario, de hecho, los estilos entre ellos, son de una naturaleza variada. Tampoco hay una mención explícita hacia alguna figura poética importante y ninguno de ellos se proclama continuador o seguir de otro poeta. Son más bien un grupo de osados jóvenes que toma la palabra con el objetivo de querer decir algo y que ese algo represente una verdad compartida para alguien más.
Aunque muchos hablan de que la poesía es un arte pasado de moda, lo cierto es que la antología presenta "sangre nueva". Además, de demostrar que en nuestro pequeño país, queramos o no, la poesía juega un rol importante para muchos grupos sociales y en este caso particular, los jóvenes ven en ella un medio de expresión todavía vigente.
Para aquellos que iniciamos en el mundo literario, podamos ver esta antología una oportunidad para encontrar experiencias compartidas. Para otros que llevan más tiempo, la antología puede representar la confirmación del valor de la palabra poética dentro de una sociedad.
Ciertamente, nos tocara esperar más para saber qué pasará con los autores de esta antología, pero mientras tanto les deseamos lo mejor en sus carreras. Finalmente, como lectores tenemos la invitación para disfrutar, reír, llorar o incluso decepcionarnos con la poesía de la antología Sub-30, pero ante todo nunca dejar de leer.
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